Se ha producido un enorme incremento en los alimentos genéticamente modificados (GM) que aparecen en el mercado y existe una creciente preocupación de que estos organismos genéticamente modificados (OGM) son perjudiciales para los animales y los seres humanos. Los productos GM, OGM o transgénicos han sido introducidos en la cadena alimentaria sin que lo sepamos.
El 90% de los productos de alimentos para bebés, comidas rápidas, aceites vegetales, jugos, bizcochos, pasteles y dulces han sido contaminados con productos de maíz y soya que son modificados genéticamente.
Cultivados principalmente en los EE.UU., Brasil y Argentina, donde el 90% de los cultivos de maíz, soya y remolacha son modificados genéticamente. Pero los productos alimenticios no están marcados correctamente, y a veces nada en lo absoluto. De igual manera, casi todo el ganado está siendo alimentado ahora con alimentos modificados genéticamente. Hay investigaciones y pruebas concluyentes que demuestran que los OGM ingeridos por los animales también son transmitidos a los humanos a través de la carne, la leche, los huevos y el queso.
Los efectos en la salud de los animales y los seres humanos son potencialmente catastróficos; que van desde alergias hasta tumores cancerosos y los efectos en el comportamiento de las personas y los animales al comer alimentos transgénicos son todavía desconocidos.
Además, la alta toxicidad de los cultivos transgénicos y sus complementos de pesticidas también están destruyendo los suelos, contaminando las fuentes de agua, y acabando con la naturaleza al matar millones de insectos y por lo tanto a las aves y otros animales diariamente.